viernes, 28 de mayo de 2010

Fuera de lugar



Suena el teléfono y ahí está, tu “llamada diaria de revisión“. Como un reloj, a las siete y cuarto, minuto arriba minuto abajo.

Cómo cambian las tornas o más bien, cómo cambiamos nosotros. Hace años habría deseado esta llamada diaria que desde hace una semana haces. Ahora es sólo un juego entre viejos amantes y grandes amigos. Sabes que no hace falta que llames, que si te necesito te llamaré yo. Pero también sabes que me hace bien tu llamada, como me hizo bien perderme en tu abrazo aquella noche, cuando lo necesitaba.

Saber que estás es hasta divertido. Escucharte al otro lado del teléfono preguntar “qué rubia, mejor?” cuando conoces la respuesta. Me conoces, sabes cómo funciono. Que si me caigo me levanto y si me tiran me repongo. Igual que tú, aunque con lo grande que eres a ti te cueste más.

Me gusta sentarme en el sofá frente a ti (se me ve aún más pequeña a tu lado) y tratar de arreglar el mundo. Tu mundo o el mío, el que se haya estropeado en ese momento. “Ey, rubia, ya hemos pasado por esto antes, no?” me dices. Y sonrío, porque llevas toda la razón. La rubia lo sabe, pero a la rubia, igual que a ti, tampoco le gusta perder …

Vamos a la cocina “¿Otra cerveza?”. “¡Venga!”. Ahora te toca a ti contarme tu última conquista. “Yo flipo contigo … tío, eres un cabrón” … y me río yo ahora. Y te ríes conmigo. Vuelta al sofá. “¿y qué vas a hacer con ella? No seas un cabronazo … no se lo merece, no la putees” Más risas, porque los dos sabemos que no me vas a hacer ni puto caso. No sabes estar solo y cualquiera te sirve.

Me gusta esto que hemos creado con los años. Quién nos lo iba a decir … sin darnos cuenta, nos hemos convertido en tablas de salvación. Tablas a las que agarrarnos para mantener el equilibrio cuando lo perdemos. Me pregunto qué pensarán viéndolo desde fuera, pero la verdad, poco me importa. Hace ya tiempo que aprendimos a barrer los cristales rotos y a quedarnos con lo salvable … y hemos comprado cosas nuevas! Tiramos los rencores y los futuros juntos. El tiempo nos colocó donde debíamos estar. Grandes amigos, sin querer nada más, porque no puedo verte ahora de otra manera y me cuesta hasta pensar que hace años hubiera querido algo … no habría funcionado! Pero eso lo sabemos ahora. Antes no.

Suena de fondo Revolver, Fuera de Lugar. Pero no, no estamos fuera de lugar ahora mismo. Quizá desearíamos estar en otro lugar, en otra compañía, pero … no está tan mal este lugar, esta compañía.

Apuras mi cerveza. Hace ya un rato que estoy dormida. Me arropas y te vas a tu cuarto. Lo has conseguido, has matado mi insomnio, al menos por esta noche. Sé que sonríes, yo también lo haría.

Gracias Big, por estar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Rubia! no me jodas! no cuentes mis intimidades que no te vuelvo a matar el insomnio! jjjj. Sabes que esta te la debía, la última me salvaste tú. Te quiero pequeñaja. Ven cuando quieras, el sofá es tuyo!!!!! Big? quién es ese Big?????????????????

Anónimo dijo...

oye, por cierto, que no has dicho que sigo estando muuuuuuuuuyyyyyyy bueno ... esto lo leerá alguna mujer, no? anda que me vendes bien!!! Señoras, estoy libre!!! esta señorita y yo somos SOLO AMIGOS ...

De pensamientos y sueños dijo...

Va, venga ... señoras, este hombre está muy bueno (tiene tabletita de chocolate!) y sólo necesita una mujer que lo quiera. No es tan cabrón como lo he pintado ...
¿Vale así? Ah! y no, nosotros no somos nada más que amigos!!!
Yo también te quiero mucho.
PD: la que quiera quedarse contigo que sepa que la rubia va en el lote!!! jajajajajaja! Gracias again!

Anónimo dijo...

la rubia del lote te voy a llamar a partir de ahora