Le compré a Dani un cascabel a los pocos días de tenerlo. Abrió un armario, se escondió y pensaba que se había escapado. Lo busqué durante más de dos horas y cuando ya pensaba que lo había perdido, sacó la cabeza por el armario ... Sé que debería haber dejado libertad a mi gato, que son animales que deben vivir libres, pero viviendo en Madrid, en un 5º y cuando la única opción de que se escape y vuelva es darle unas llaves que no sabe usar ... Decidí que lo mejor para saber donde estaba era colocarle un cascabel y así evitarme sustos (aunque cuando quiere dármelos sabe cómo hacerlo)
Durante 7 años, Dani, su cascabel y yo hemos ido cambiando de casa, de ciudad, de pareja ... pero siempre hemos estado los 3 juntos. Cambiara lo que cambiase, Dani y su cascabel eran algo que siempre estaban conmigo.
Hace un mes que me dijeron que Dani se está muriendo. De momento está bien y en cuanto lo vea sufrir lo más mínimo sé lo que tengo que hacer. Pero hoy, me he dado cuenta de que tarde o temprano no escucharé ese cascabel. Que mi pequeña familia, se va a quedar enana. Que sólo quedaremos el cascabel y yo.
Hoy no me he despertado con ánimo. El cascabel sigue sonando y tengo tanto miedo a que deje de sonar. Cuando lo haga perderé una parte de mi. Un punto de referencia.
Sólo quien tenga animales puede entenderlo.
Al menos sé que ha sido feliz estos años y que me ha hecho feliz. Es lo que me queda.
Eso y su cascabel risueño.
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