Pedro Guerra, Gente sola. Cada vez que escucho esa canción me da un vuelco el alma. Cuanta gente sola, rodeada de gente hay ... La verdad, todos somos gente sola. Por muchos amigos que tengamos, por mucha familia ... en algún momento somos gente sola.
Quizá el hecho de ser siempre emigrante, de llevar mi raíz en una maceta, moviéndola de aquí para allá, me ha hecho ser en muchas ocasiones gente sola.
En realidad me gusta la soledad. No me importa estar en su compañía. La cara amable de la soledad, la de la tranquilidad, el no oír nada salvo lo que quieras oír. Esa soledad me gusta y la necesito. Necesito mi propio espacio. Saber que, hasta donde puedo, soy dueña de mi vida.
Me gusta mirar, observar, inventar historias. Miro a la gente y pienso a donde irán, si estarán casados, tendrán hijos. En el avión siempre me paro a pensar si la gente va o vuelve de vacaciones; si van o vuelven por trabajo, por cuestiones familiares, qué hacen allí ... ¿Qué hace la gente en la calle? ¿A dónde van o de dónde vienen? Me invento sus vidas. Vidas de personas a las que no veré nunca seguramente. Vidas que se cruzan con la mía en un momento y que hago mías, que tomo prestadas para inventar un pasado, un presente y un futuro que seguramente nada tenga que ver con la realidad.
¿Alguien lo hará conmigo?
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