martes, 8 de junio de 2010

¿Eres tú?

Había aprendido que correr bajo la lluvia no servía de nada, te mojas igual, así que ni siquiera aceleró el paso. Se limitó a seguir su camino. Lo malo de las tormentas de verano es que te pillan por sorpresa, medio desnudo y sin nada a lo que echar mano. Así se sentía en cualquier caso: medio desnuda y en mitad de su particular tormenta interior. Le pareció irónico que su estado de ánimo se apoderase ahora también del resto de su cuerpo. Se miró en la cristalera de un bar, como quien observa a un extraño. ¿Soy yo?

El pelo pegado a la cara, las gotas de lluvia recorriendo su rostro, el rimel corrido, la camiseta y los pantalones empapados. ¿Esa soy yo? Se acercó un poco más y reconoció su rostro en el cristal. Esos ojos no podían ser de otra. Sí, soy yo. Y sonrió. Le hizo gracia. Se hizo gracia. Y siguió parada.

A su alrededor todos corrían, pero ella estaba inmóvil. Permanecía quieta, en mitad de la plaza, frente a la cristalera, empapándose con las gotas que caían cada vez con más fuerza. Como si todo pudiera seguir el ritmo frenético que marcaba la lluvia salvo ella. Ella que, en su interior, también seguía parada mientras todo lo demás giraba.

Volvió a mirarse y volvió a sonreír. "Parezco una loca" y soltó una carcajada.

"Sí, la primera vez que te vi también pensé que estabas loca, pero te he seguido buscando en todos los vagones".

De pronto, a través del cristal, reconoció un rostro. También mojado. También inmóvil. También sonriente.

"¿Eres tú? Yo también te he estado buscando en todos los vagones de metro"

Y allí siguieron, inmóviles, bajo la lluvia. Uno al lado del otro.

2 comentarios:

Unknown dijo...

'Existe lo que se da en llamar ‘Actitud ante la tormenta’. Cuando a uno le alcanza un inesperado chaparrón, se pueden hacer dos cosas: o bien se hecha a correr lo más rápido posible o se pone uno a resguardo bajo los aleros de las casas que bordean el camino. De todas formas siempre se termina mojado. Pero si uno se prepara mentalmente y con anticipación a la idea de quedar mojado no se sentirá muy contrariado por la llegada de la lluvia. Se puede aplicar beneficiosamente este principio a cualquier circunstancia.'

JOCHO YAMAMOTO
(Hagakure, El Camino Del Samurai)

Unknown dijo...
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