jueves, 13 de agosto de 2009

La mejor mujer, para uno de los mejores

Casi se cumplen cinco meses desde que César se fué y en ocasiones me parece que fue hace muchísimo más tiempo y otras no tanto.

El otro día, nos juntamos varios amigos y familiares en un homenaje que otros tantos amigos le hicieron. Nada mejor para recordar a nuestro César que un escenario y música. La verdad es que fué un concierto muy emotivo, aunque ninguno hubieramos querido tener que ir por ese motivo. Cada grupo que cantó, a su modo, le ofreció lo mejor, aunque nada triste, nada serio, todo muy Arrarás ...

Allí estaba Vicky, rodeada de su familia y amigos, con sus dos niños. Ahí estaba, aguantando el tirón. Ahí estaba, aguantando donde algunos casi no pudimos aguantar. Fuerte y con una sonrisa en los labios, que seguro le estaba costando la vida. Pero ahí estaba.

Como ella dice, vive una doble vida: la de madre corage de día y viuda de noche. La de la sonrisa y las fuerzas que son la cara y la del llanto y la desesperación que son la cruz y que pocos, muy pocos ven.

César era todo un personaje: buena persona, buen amigo, buen marido, buen padre, buen hijo, bueno sacándonos una sonrisa (cuanto menos) cuando la necesitábamos. Grande como persona. Grande, sin más. Y supongo que los grandes, por ser grandes saben elegir con quien quieren pasar su vida y César eligió muy bien.

Vicky, aunque viva una doble vida como dice, al menos saca las fuerzas para vivir esa segunda vida que ahora ni le apetece.

Todo gran hombre tiene una gran mujer a su lado y ahora pienso que cuando ese hombre se va, la grandeza de esa mujer se multiplica por dos.

César, tu mujer los tiene muy bien puestos.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Pelotudas



De un tiempo a esta parte me estoy dando cuenta de algo, que puede que sea una pauta, o puede que sean simples coincidencias.


Los tíos, a partir de los 30 años tienen más miedo al compromiso que a los 20. ¿Será cierto? Por experiencias propias y ajenas, desde un lado y otro, es algo que he visto que se repite: en el momento en el que ven un atisbo de compromiso, aunque sea a lo lejos, cortan por lo sano. Y no es que no les guste la persona con la que están o no estén a gusto con ella (al menos en mis "sondeos" es lo que me dicen mis amigos), si no que literalmente se cagan.

Creo que a las mujeres no nos pasa, puede que por aquello de los cuentos de hadas o porque no nos asuste tanto ... no sé, nunca he sido hombre y por más que hable con ellos no conseguiré meterme en su piel ni en su cerebro.

De aquí surge una nueva especie de mujeres, entre las que tengo la suerte o la desgracia (quién sabe) de encontrarme: "las pelotudas". Sí, sí, PELOTUDAS con todas sus letras. Esta escena de Martin (hache) es reveladora y muy, pero que muy cierta. Estamos ahí y al final, cuando al tipo de turno le da el yuyu ... seguimos como si nada hubiera pasado, como si esa relación de 2, 3, 4 ó 10 meses hubiera sido un paréntesis en tu vida y no te importara seguir como al principio, como amigos, cuando en realidad te apetece tanto como que te operen a corazón abierto sin anestesia ... pero algunas somos así, pelotudas, y pensamos que es mejor mantener la amistad, aunque a veces resulte bastante duro ...

A mi, por suerte, hace tiempo que no me pasa, más que nada porque no me embarco en nada,pero ayer volví a ver la película y ...

Bueno, puede ser que algún día a nosotras nos de el yuyu y ellos quieran compromiso y cambien las tornas ... de verdad, qué complicado es esto de la dualidad de sexos ... más felices seríamos siendo caracoles. ;P