miércoles, 22 de octubre de 2008

Gente sola

Pedro Guerra, Gente sola. Cada vez que escucho esa canción me da un vuelco el alma. Cuanta gente sola, rodeada de gente hay ... La verdad, todos somos gente sola. Por muchos amigos que tengamos, por mucha familia ... en algún momento somos gente sola.

Quizá el hecho de ser siempre emigrante, de llevar mi raíz en una maceta, moviéndola de aquí para allá, me ha hecho ser en muchas ocasiones gente sola.

En realidad me gusta la soledad. No me importa estar en su compañía. La cara amable de la soledad, la de la tranquilidad, el no oír nada salvo lo que quieras oír. Esa soledad me gusta y la necesito. Necesito mi propio espacio. Saber que, hasta donde puedo, soy dueña de mi vida.

Me gusta mirar, observar, inventar historias. Miro a la gente y pienso a donde irán, si estarán casados, tendrán hijos. En el avión siempre me paro a pensar si la gente va o vuelve de vacaciones; si van o vuelven por trabajo, por cuestiones familiares, qué hacen allí ... ¿Qué hace la gente en la calle? ¿A dónde van o de dónde vienen? Me invento sus vidas. Vidas de personas a las que no veré nunca seguramente. Vidas que se cruzan con la mía en un momento y que hago mías, que tomo prestadas para inventar un pasado, un presente y un futuro que seguramente nada tenga que ver con la realidad.

¿Alguien lo hará conmigo?

martes, 21 de octubre de 2008

Estadísticas absurdas

Seguro que si me lo dicen ni me lo creo. No, no ... tan mala suerte no puede tenerse ... pues ... como que sí, y si soy yo las opciones de tener buena suerte son inversamente proporcionales (y elevadas a la enésinma potencia) a lo buena que pueda ser esa suerte ... Bueno, no voy a quejarme, pero en cuanto a tíos se refiere ... mala no, malísima!!

A ver ... ¿qué posibilidad hay de conocer a tres hermanos que se llamen igual que los sobrinos del Tio Gilito y que además estén forrados como el tío Gilito? Pues, en mi caso, como es algo carente de importancia, hay muchas posibilidades.

¿Qué opciones hay de que dos de ellos sean, digamos que no desagradables a la vista pero del montón de abajo y que otro sea un Adonis? Ahí, las posibilidades comienzan a reducirse, porque aunque estadísticamente el ser del montón es lo normal, el que te salga un hermano buenorro no lo es tanto ...

Pero ... y aquí viene la madre de las madres ¿Cuáles son las posibilidades de que yo conozca a uno de los hermanos (de los del montón), me lie con él, conozca al otro hermano del montón y por circunstancias de la vida, tenga que dormir con él en una cama (sólo dormir) y que al guapo guapísimo sólo lo haya visto por foto????!!! Pues ahí las estadísticas se disparan ... desgraciá, desgraciá ... vamos, pa pegarme hasta que me muera ...

Tia! Que de los 3 te falta el buenorro!!!! Muy mal ... cuando lo vi (en una foto que me mandó su hermano, que creo que no se atreve ni a presentármelo) casi me caigo de culo .... ¿cómo puede ser su hermano? que me lié con Pablo Carbonell, dormí con Pablo Motos y ... no conozco a George Cloonie!!! Es que me lo dicen y no me lo creo ...

Que mis dos amigos (el liado y el dormido) son muy buena gente, que no son feos, que todo lo que tu quieras ... pero coño! que me he dejado al mejor!!!!

Eso me pasa por diversificar, fijo. Si no hubiera diversificado, liándome con uno y durmiendo con otro, y hubiera concentrado las dos cosas ... y las hubiera concentrado, por supuesto en el buenorro ... pero ...

Consuelo? Pues que seguro que los que yo conozco son los simpáticos y el otro el creido (ya sabemos que los del montón debemos desarrollar la gracia para encubrir otros errores), pero ... si es que para lo que yo lo habría querido no habría hecho falta que hablara!!!!

Ay! Es que es pa matarme, resucitarme, torturarme y volverme a matar ...

lunes, 20 de octubre de 2008

El cascabel de Dani

Le compré a Dani un cascabel a los pocos días de tenerlo. Abrió un armario, se escondió y pensaba que se había escapado. Lo busqué durante más de dos horas y cuando ya pensaba que lo había perdido, sacó la cabeza por el armario ... Sé que debería haber dejado libertad a mi gato, que son animales que deben vivir libres, pero viviendo en Madrid, en un 5º y cuando la única opción de que se escape y vuelva es darle unas llaves que no sabe usar ... Decidí que lo mejor para saber donde estaba era colocarle un cascabel y así evitarme sustos (aunque cuando quiere dármelos sabe cómo hacerlo)

Durante 7 años, Dani, su cascabel y yo hemos ido cambiando de casa, de ciudad, de pareja ... pero siempre hemos estado los 3 juntos. Cambiara lo que cambiase, Dani y su cascabel eran algo que siempre estaban conmigo.

Hace un mes que me dijeron que Dani se está muriendo. De momento está bien y en cuanto lo vea sufrir lo más mínimo sé lo que tengo que hacer. Pero hoy, me he dado cuenta de que tarde o temprano no escucharé ese cascabel. Que mi pequeña familia, se va a quedar enana. Que sólo quedaremos el cascabel y yo.

Hoy no me he despertado con ánimo. El cascabel sigue sonando y tengo tanto miedo a que deje de sonar. Cuando lo haga perderé una parte de mi. Un punto de referencia.

Sólo quien tenga animales puede entenderlo.

Al menos sé que ha sido feliz estos años y que me ha hecho feliz. Es lo que me queda.

Eso y su cascabel risueño.

domingo, 19 de octubre de 2008

Mis días como sospechoso

No importa por qué te fuiste o por qué regresaste. No importa si fue una búsqueda o una huida. Lo importante, lo realmente importante, es todo lo que has vivido. No eres el mismo que fue. No eres el mismo que estuvo. Sigues siendo tú, con la misma mochila con la que saliste, pero más llena. Eres tú con más vida.

Ahora nunca existe porque siempre es pasado. Igual que tu mochila: nunca será la misma porque con cada ahora cambia su contenido.

Jose, gracias por dejarme viajar contigo. Gracias por leerme.

sábado, 18 de octubre de 2008

Mr. Big

Me gusta Sexo en Nueva York. Es una serie que refleja una realidad. Como en todas las series, algo se exagera, pero muchísimas veces me he sentido identificada con lo que le ocurre a los personajes (a cualquiera de ellos, incluso a Samantha).

Lo que más me gusta de Sexo en Nueva York es Mr. Big. Él no, sino la relación entre él y Carrie. Se trata de una relación de amor-odio-indiferencia-lucha. Es una relación difícil de entender, salvo para aquellos que hayamos tenido o tengamos un Mr. Big en nuestra vida. Y yo lo tengo.

Desde el principio, mi relación con mi Mr. Big fue extraña. Un trío amoroso, en el que yo era el personaje que sobraba moralmente, aunque fuera el que realmente tenía peso en la historia. La relación con Big siempre fue sincera, sin tapujos, sin paños fríos y siempre con la verdad por delante. Sin exigencias, con muchos planteamientos buscando la mejor solución a un problema donde, se mirara por donde se mirara, sobraba siempre una incógnita. Con separaciones, altibajos, muchos quiero pero no puedo, reconciliaciones, promesas, risas, llantos y al final, el final.

La cosa estaba clara, la balanza en algún momento debía inclinarse de algún lado y no lo hizo del mío. Tras eso, frustración, rabia, rencor, impotencia, engaño … todo mezclado. Todo escenificado por los tres personajes que interpretábamos la obra. Tres personas y muchos sentimientos confusos, contradictorios.

Al final las aguas entre Big y yo volvieron a su cauce, tras largas conversaciones incomprensibles para el espectador pero que nosotros, actores de esta obra, consideramos que era el curso que debía llevar nuestra relación. Después de tanto amor, de tanto dolor, de tanta rabia, tanta impotencia ante ciertas cosas, el tiempo ayudó a asentar todo ese batiburrillo de sentimientos encontrados y llegó la calma. Lo bueno perduró. La complicidad, el amor, la ternura, las risas fue con lo que nos quedamos.

Nuestros caminos se han encontrado en tres ocasiones más, pero en este caso, a la tercera tampoco fue la vencida y continuamos nuestros caminos por sendas diferentes aunque siempre conectados. Nos hemos querido demasiado como para no querernos. Nos queremos demasiado como para seguir juntos.

Nuestras conversaciones duran horas. Siempre por teléfono (mejor así). Nos contamos cómo nos va la vida, sin tratar de hacer ver que va mejor de lo que va. Sinceros y cómplices. Nunca me ha importado decirle lo que siento, fuera lo que fuera. Si lo echo de menos, se lo digo claramente, sin pensar si él me echa de menos a mi o qué pensará. Sé lo que piensa. Sabe lo que pienso.

Es la primera persona en la que pienso cuando necesito apoyo, a la primera a la que llamo en los malos momentos, a quien cuento mis triunfos, mis alegrías, mis frustraciones. Es quien me entiende mejor que nadie, porque desde el principio me ha conocido sin disfraces, tal como soy. Nunca he tratado de que me viera de la forma en la que él quería verme. Así soy yo, con mis cosas malas y buenas, pero no voy a engañarte.

Poca gente entendería esta relación, pero la vida, se me hace más dulce, más llevadera, sabiendo que Big estará allí y que sólo tengo que pensar en él para que aparezca.

viernes, 17 de octubre de 2008

Ángel González, In Memoriam

La primera vez que oí algo suyo fue en la boda de una amiga. Las palabras más sinceras que sobre el amor y el matrimonio he escuchado de un cura. Recitó un poema que me encantó y no paré hasta que supe quien era el autor. Un tal Ángel González... Ni idea ... qué poco conocemos nuestra literatura (los que no somos de letras). Leí y releí sus poemas. Ahora de vez en cuando, cuando lo necesito, vuelvo a hacerlo.

Pero aquel primer poema que escuché, su significado y el momento en que lo oí, hacen que sea mi poema favorito: Muerte en el olvido

"Yo sé que existo
porque tu me imaginas.
Soy alto porque tu me crees
alto, y limpio porque tú me miras
con buenos ojos,
con mirada limpia.
Tu pensamiento me hace
inteligente, y en tu sencilla
ternura, yo soy también sencillo
y bondadoso.
Pero si tú me olvidas
quedaré muerto sin que nadie
lo sepa. Verán viva
mi carne, pero será otro hombre
-oscuro, torpe, malo- el que la habita..."

Ángel González, Oviedo 1922-Madrid 2008

miércoles, 15 de octubre de 2008

Irresponsables

Llevo tiempo planteándomelo. Sigo siendo una irresponsable. No en el sentido peyorativo de la palabra, sino que carezco de responsabilidades.

Si lo pienso, lo único que me diferencia de mi yo de hace 15 años es que antes mi trabajo era estudiar y ahora tengo lo que se considera un trabajo de verdad y, bueno, como cualquier hijo de vecino, tengo una hipoteca. Pero, salvo en esto poco ha cambiado mi vida.

Algo sí que ha cambiado significativamente: antes tenía mil teléfonos a los que llamar "abiertos 24 horas". Ahora tengo una pequeña lista de "amigos que nunca fallan" y que cada día se va reduciendo. No hablo de AMIGOS, sino de gente con la que quedar en cualquier momento. Gracias a dios, a mis amigos (los de verdad, los de para lo bueno y para lo malo) los sigo conservando, pero ellos no conservan como yo su "espacio irresponsable". La mayoría están casados y tienen hijos y han llegado a la etapa de madurez y responsabilidad que yo aún veo a kilómetros de distancia.

Me he dado cuenta de que los pocos que vamos quedando fuera de este círculo de personas responsables, somos bichos raros ... Envidian, por supuesto, tu libertad, pero a veces no entienden cómo no puedes tener tu vida organizada. No se acuerdan que hace poco ellos también eran así.

Los "raritos" al final acabamos uniéndonos. No por afinidades. No por amistad. Nos unimos por NECESIDAD. Una necesidad en mayúsculas. Necesidad de no sentirnos raros, de no sentirnos sólos, de sentirnos comprendidos y respaldados en nuestra forma de vida.

He visto grupos de "raritos" como yo, que hace 10 años no habría imaginado juntos. Me sorprende verlos juntos ... es como ver a Heidi con Mázinger, Espinete, Oliver y Candy. Tienen más o menos la misma edad, pero poco más en común, salvo que Pedro, Afrodita A, Don Pimpón, Bengi y Terry se se han casado, tienen hijos y ya no tienen tiempo para quedar (y no digamos para salir una noche).

De momento no creo que vaya a madurar. No es que no sea madura, pero ya me entendéis. Tampoco encuentro con quien madurar, pero es que tampoco me apetece demasiado. Los raritos nos hemos acostumbrado a ser libres, irresponsables, independientes y conforme los años van pasando, el sacrificio que supone un cambio no llega a compensarnos ...

martes, 7 de octubre de 2008

El tío del aeropuerto

No me había pasado antes. No llevo la cuenta de los aviones cogidos ni de las horas de espera en el aeropuerto, pero son muchas y nunca había conocido a nadie, ni en un vuelo ni en el aeropuerto y el otro día me pasó.

La verdad, estaba un poco desalentada o melancólica o deprimida ... digamos que deprimida es la palabra ... Después de un verano “en blanco” con varias opciones pero sin decidirme por ninguna; después de haber cogido un primer avión en el que venía un chico (por supuesto ya no tan chico) que cuando tenía 14 años me tenía loca, pero que él no sabía ni que existía y que seguía igual que hace más de 15 años, aunque con dos críos de propina; después de despedirme de toda mi familia para tener que volver a más de 1000 km de ellos a un lugar donde ya no me ata nada ... y además volver al trabajo ... después de todo eso, lo que menos me apetecía era hablar con nadie, y mira por donde, hablé ...

El chico del asiento de atrás, no sé ni qué me preguntó, pero a la salida me preguntó que a donde iba, que si tal que si cual ... y seguimos hablando ... Yo aún tenía 2 horas de espera para el último avión del día. Él había quedado con unos amigos en el centro de Madrid para una despedida de soltero ... pero hablando, hablando, al final nos sentamos a tomar algo ...

No era mi tipo pero tenía una conversación bastante interesante ... hablamos de todo y acabamos hablando del amor. ¿Cómo acaba una conversación insustancial hablando de algo tan profundo como el amor? Ni idea, pero así acabó.

Resultó que iba a SU despedida de soltero. Decía que se casaba porque era lo que tocaba. No entiendo cómo la gente se casa así, porque es lo que toca ... si la cosa empieza así, no creo que acabe bien. Traté de que me lo explicara. Me dijo que eran “etapas de la vida que se van quemando” y que ahora le tocaba esta. Que esperaba que le hubieran preparado una despedida no demasiado fuerte, que la última en la que estuvo al novio le “ofrecieron” una amiga.

No comprendo a ese tipo de personas, que piensan que si te casas ya debes ser fiel, pero que antes no hay compromiso. Es que no lo entiendo!

No creo en el matrimonio como institución. No creo que dos personas deban quererse más porque se casen o que no puedan hacer ciertas cosas una vez casados. Creo en el compromiso entre dos personas, pero sin necesidad de papeles. Respeto a quienes se casan, pero no a quienes consideran el matrimonio como una forma de “cazar al otro o de ser cazado”. Así no me sirve. Si dos personas están juntas están porque quieren, no porque nadie los obligue y si quieres una relación abierta, exponlo y si la otra parte está de acuerdo, perfecto, pero tampoco pretendas que no te hagan cosas que tú piensas hacer. Una relación debe ser un equilibrio entre dos personas. Respeto y amor (o como quieras llamarlo) pero nada de posesión.

El tío del aeropuerto pretendía que me quedara a su despedida. Por supuesto ni me lo planteé. Nos hicimos una foto con su móvil. La recibí cuando aterricé en mi destino. Al día siguiente me llamó. Quería verme, dijo algo a cerca del destino, que nos había unido ... cuantas chorradas puede decir alguien por “el último polvo” ... está claro que no nos vimos y me imagino que se casó, aunque lo que no me queda claro es cuánto tiempo necesitará para llegar a la “etapa divorcio”

lunes, 6 de octubre de 2008

Minimizando

Me aburre este 2008.

Nunca pensé que diría que un año bisiesto era malo. Tampoco nunca me lo había planteado, la verdad, pero este año... estoy deseando que termine. Que pasen estos putos 3 meses que le quedan al año y que pasen sin novedades, ni buenas ni malas.

No ha sido un año bueno en ningún sentido. Malas, muy malas noticias familiares; malas, muy malas noticias de amigos; malas noticias en el trabajo; incluso el reino animal ha decidido que tampoco este era un buen año y también está siendo un mal año para Dani, aunque él no lo sepa (a veces me gustaría ser un gato y no enterarme de nada)

Estoy asustada, porque cuando suena el teléfono no suelen ser buenas noticias, o noticias que no llegan ...

No es que haya habido sólo malas noticias, pero las buenas, aunque también las ha habido, imagino que no son capaces de aliviar el dolor de las malas ... y eso que soy un espíritu positivo y siempre me “olvido” de las cosas malas.

Suelo hacerlo: si hay algo que no puedo solucionar, ni me planteo que existe. Duele, por supuesto, pero no lo convierto en el centro de mis preocupaciones ni me vuelco en tratar de solucionarlo, si es que no tiene solución, no la tiene y punto. Lo que trato es de buscarle el lado positivo, ¿por qué razón extraña lo hago? No lo sé y me inquieta a veces ... ¿cómo puedo sacar algo positivo de algo que no lo es? O ¿cómo soy capaz de minimizar ciertas cosas cuando lo que menos son es ínfimas? Me veo a mi misma haciendo bromas sobre cosas de las que no se debería bromear y no es que no me afecten, pero ... si yo no me río, ¿quien lo va a hacer?

CANCER, palabra que no había aparecido prácticamente en mi vida y que este año no he dejado de oír ... hasta Dani tiene cáncer! ¿y yo que hago? Decir que mi gato se ha llevado el cáncer que me tocaba a mi ... como si no me doliera ... ¿y que hago? Decirle a mi mejor amigo que tiene los huevos podridos ... como si no me jodiera su puto cáncer de testículos ¿y que hago? Pensar que así la gente aprovechará más lo que tiene, su vida, que la vivirá de otra forma ...

Joder! Claro que me duele, pero hago como si no me doliera que el padre de mi amiga haya muerto de cáncer, que la madre de otro lo tenga y se esté muriendo, que mi tío lo tenga, que mi gato lo tenga ... puto cáncer de los cojones!

Y sigo siendo positiva ... no entiendo cómo ... quizá porque no lo pienso o porque no me molesto en pensarlo. Quizá porque pienso que lo mejor en estos casos es el positivismo y que los lamentos no curan y sí las risas ...

No sé, a veces me siento un monstruo por dejar estas cosas de lado y no pensarlas, aunque puede ser que si las minimizo, mucho, mucho, mucho ... desaparezcan.